viernes, 26 de marzo de 2010

EL DELFÍN


Nombre Científico: Tursiops truncatus
Familia: Delfínidos
Suborden: Odontocetos
Orden: Cetáceos
Clase: Mamíferos

Identificación: La cabeza presenta un “melón” prominente y termina con un morro corto y grueso. La aleta dorsal, situada en el centro del cuerpo, es grande, falciforme y con el extremo agudo. Coloración variable, pero generalmente gris oscura, que se aclara a medida que desciende por los flancos y que puede llegar a blanco en la zona ventral.

Tamaño: De 2,8 a 4m.
Peso: De 190 a 250 kg.
Distribución: Cosmopolita, aunque no llega a entrar en los océanos glaciales.
Hábitat: Vive en todos los mares tropicales y templados, penetrando a veces en otros más fríos. Se encuentra tanto en la costa como en aguas de más profundidad.
Alimentación: Captura gran variedad de especies de peces de hasta un palmo de largo, así como pequeños calamares y crustáceos.
Reproducción: Una sola cría por camada tras gestación de algo más de un año. Alcanzan la madurez sexual entre los 6 y los 12 años. 

Los delfines son cetáceos, es decir, mamíferos acuáticos de cuerpo pisciforme. Respiran por el espiráculo, un orificio situado en la parte dorsal posterior de la cabeza, y se distinguen de todos los peces por su aleta caudal, que es horizontal. 

Las características de piel, que es viscosa y blanda, les permite evitar las turbulencias del agua y alcanzar velocidades superiores a 40 km/h. Sin ser estrictamente migradores, se desplazan en función de las estaciones, hasta el punto de que pueden considerarse los animales más móviles de la Tierra. 
Localizan los bancos de peces mediante el sonar y cazan en grupo siguiendo elaboradas estrategias. Muy gregarios, poseen una vida social riquísima y están dotados de un lenguaje muy complejo a base de silbidos con modulación de frecuencia.

LA CAZA

Condiciones excepcionales
Gracias a la ecolocación (o localización por sonar), los delfines distinguen las presas aunque estén lejos, donde la turbulencia no permita verlas o incluso si la oscuridad es absoluta o la presa se esconde bajo la arena. Además, poseen rápidos reflejos y mucha resistencia al agotamiento. La inteligencia les permite diseñar técnicas de acorralamiento y captura, adaptables a cada especie-presa y tipo de terreno, técnicas que además pueden modificar sobre la marcha. El gregarismo y la intercomunicación permiten coordinar las acciones individuales con todo el grupo y lograr una estrategia más eficaz.

Estrategias predatorias

Una de las técnicas de caza más habituales consiste en rodear un banco de peces hasta que éste forma una densa esfera, momento en que unos delfines empiezan el festín, mientras los demás mantienen el cerco hasta que llegue su turno. Otra estrategia, quizá la más curiosa, es la que tiene lugar en aguas someras. Resulta muy peligrosa, ya que en algunos puntos el agua no llegará a cubrirles el cuerpo. 

Los delfines que emplean este método dominan de hidroplanear; la pauta que más frecuentemente utilizan es el siguiente:

1.- Los delfines se reagrupan para realizar un barrido de una zona litoral mediante el sonar y detectar así un grupo de presas.

2.- Una vez localizado un cardumen de peces, se acercan a gran velocidad y lo dirigen hacia la orilla.

3.- Cuando se sitúan al lado de los peces, realizan una rápida maniobra hacia arriba, generando una ola en forma de arco.

4.- Esta ola empuja a los peces hasta la misma orilla, donde los pocos centímetros de profundidad son una trampa mortal porque les impiden subir o bajar.

5.- Si aun así no consiguen la captura, los delfines vuelven a empujar con otra ola para echar a sus presas fuera del agua.

6.- El cetáceo salta fuera del agua, a veces por completo, para volver a sumergirse enseguida.

Las poblaciones que emplean esta táctica tienen los dientes de la derecha más desgastados debido a que siempre salen del agua tumbándose sobre el flanco derecho, de manera que es este sector de las mandíbulas el que tiene que masticar fango.


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